El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud (OMS). Esta enfermedad crónica representa un reto emergente para el gobierno, por ese motivo se trabajan estrategias para disminuir su incidencia en la población.
La obesidad puede acarrear otras enfermedades que son nocivas para el organismo. Es el primer paso para otras patologías como hipertensión arterial, diabetes tipo II, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, riesgo de padecer cáncer, apnea del sueño y problemas cardiovasculares, depresión, ansiedad, entre otros.
Para hacer conciencia y tomar acciones contra este flagelo, se instauró el cuatro de marzo como el Día Mundial de la Obesidad, este año el lema es “Hablemos de obesidad y…” que tiene como finalidad cuestionar reduccionismos y estereotipos, y promover hábitos saludables (OMS).
Recientemente la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (POLSAN) fue actualizada y se incluye al sobrepeso y la obesidad, por lo que la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán) de la Presidencia, lo incluye dentro de los ejes estructurales.
“Es parte de nuestro mandato. Cuando se actualizó la POLSAN se incorporó el sobrepeso y la obesidad, por eso esto es parte de nuestro plan de trabajo”, afirmó la Secretaria Mireya Palmieri.
En Guatemala, el sobrepeso y la obesidad afectan a gran parte de la población y según los datos actualizados proporcionados por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), el 40 por ciento de menores de entre 7 y 11 años padecen de este mal, mientras que la cifra en adolescentes de entre 13 y 15 años se sitúa en 29.4 por ciento con sobrepeso y 8.4 por ciento con obesidad. Los datos para mayores de 18 años son de 38.4 por ciento de sobrepeso y 28.8 por ciento de obesidad.