En Guatemala se presentan dos temporadas bien diferenciadas en el territorio: la época seca, de noviembre a mayo, y el resto del año una época bastante lluviosa, circunstancia que hace importante conocer las dinámicas hídricas para el aprovechamiento del agua en sus diferentes demandas.
Guatemala es uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático y, sumado a sus condiciones topográficas bastante irregulares y el manejo ineficiente de las cuencas hidrográficas, crean circunstancias que impactan negativamente en la economía y seguridad alimentaria, debido a las sequías y lluvias extremas que se registran.
Debido a esas situaciones, la tecnificación y modernización de la agricultura nacional es una de las prioridades del ministerio, como lo propone la Política Nacional de Riego 2024-2033: aprovechar el manejo de agua para poner a producir grandes superficies de cultivo. Con ello se logra incrementar la actividad económica y la disponibilidad de alimentos de muchas familias campesinas, así como impulsar a pequeños y medianos empresarios agrícolas. Todo, gracias al riego.
Tomando como ejemplo soluciones en muchos países del mundo, que tienen limitadas disponibilidades de agua durante la época seca, se estudiaron e implementaron diferentes mecánicas como pozos artesanales, pozos profundos y también almacenamientos de agua en reservorios y/o embalses de diferentes tamaños.
Una alternativa que también se estudia es la disponibilidad de bombeos impulsados por energía solar, los que podrían aliviar en parte, los costos de bombeo de pozos mecánicos que en muchas ocasiones implican una alta inversión, más gastos de operación y mantenimiento.
El método a implementar dependerá del sistema de riego adecuado a la topografía del territorio, tipo de suelo, tipo de cultivo, el acceso al recurso hídrico.
