Una planta tradicionalmente cultivada en Guatemala, especialmente en áreas con climas templados y altitudes medias entre los mil y dos mil metros sobre el nivel del mar, es el chilacayote (Cucurbita ficifolia). Es una especie de calabaza de crecimiento vigoroso, adaptada a suelos bien drenados y ricos en materia orgánica.
El chilacayote es valorado por su resistencia a plagas y enfermedades, lo cual lo convierte en un cultivo sostenible para pequeños agricultores el cual se realiza, principalmente, en la temporada de lluvias, ya que requiere humedad constante, aunque tolera cortos períodos de sequía.
El fruto del chilacayote tiene múltiples usos en la gastronomía guatemalteca, destacando en la preparación de postres, bebidas tradicionales y platillos salados. Sus semillas son comestibles y ricas en nutrientes.
En las comunidades rurales, el chilacayote es parte de la tradición agrícola y tiene un rol importante en la seguridad alimentaria. Su cultivo se ha impulsado en huertos familiares, como una alternativa de ingresos adicionales debido a su alta demanda en los mercados locales (JB/ea).
