La proteína animal aporta numerosos nutrientes para la salud humana, debido a su alta calidad nutricional y su perfil completo de aminoácidos esenciales, fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo. Estas proteínas tienen su origen en la carne, pescado, huevos y lácteos.
Contienen los nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo no puede sintetizar por sí mismo. Por ello se consideran proteínas completas, ideales para la construcción y reparación de tejidos. Además, por su alto valor biológico, el cuerpo las aprovecha de manera más eficiente para producir enzimas y hormonas; mantener la piel, cabello y uñas saludables.
Es una fuente de vitaminas y minerales como el hierro, que se absorbe más fácilmente por el cuerpo en comparación con el hierro de origen vegetal y es esencial para prevenir la anemia. Tiene vitamina B12, fundamental para la formación de glóbulos rojos, la función neurológica y el ADN. También contiene zinc, importante para el sistema inmunológico, la cicatrización de heridas y el desarrollo celular.
Todo ello sin olvidar el calcio, presente en lácteos, clave para la salud ósea y dental. Los productos lácteos contienen proteínas inmunoactivas que ayudan a fortalecer el sistema inmune y los aminoácidos de alta calidad apoyan la producción de células inmunitarias esenciales.
El contenido de ácidos grasos esenciales en pescados como el salmón y la sardina, los hace una excelente fuente de Omega-3, que favorece la salud cardiovascular y cerebral.
Aunque las proteínas animales tienen numerosos beneficios, es esencial consumirlas con moderación y optar por fuentes de calidad para evitar problemas de salud asociados a los excesos, como el aumento del colesterol y enfermedades cardiovasculares.
Por ello se recomienda elegir cortes magros y preparaciones saludables, priorizar productos de origen sostenible, como pescado de pesca responsable o carne de productores de pescado. Además, complementar la dieta con fuentes de proteínas vegetales para un balance óptimo.
Las proteínas animales son un componente valioso de una dieta equilibrada y contribuyen al bienestar general, siempre y cuando se consuman de forma responsable.