El festival Centroamérica Cuenta fue inaugurado en su vigesimoquinta edición con una gala de lujo que desbordó creatividad, originalidad y, por supuesto, poesía. La ceremonia se llevó a cabo en el Teatro Lux de Zona 1 (Guatemala), luego de que el festival realizara algunas actividades el día anterior en Totonicapán, Comalapa y la librería Sophos (Zona 10). Contó con la presencia de destacadas figuras de la política, la institucionalidad cultural y el arte de Guatemala, Centroamérica y varias otras partes del mundo.
El evento inició con la presentación de los participantes que formarán parte de la semana de actividades mediante un video que mostró, en una exposición de diapositivas, las tomas del fotógrafo argentino Daniel Mordzinski. Un despliegue de creatividad e ingenio mostraba a las figuras en situaciones atípicas, como el presidente Bernardo Arévalo en actitud soñadora junto a una guitarra, el cantautor catalán Joan Manuel Serrat empujando un carrito de helados frente a la catedral de la Antigua Guatemala, o el escritor quezalteco Julio Serrano Echeverría con una capa negra que parecía levitar…
Una noche llena de referencias literarias
Luego comenzó el desfile de figuras institucionales, y los discursos abundaron en referencias a la literatura, el arte y la esperanza. La ministra de Cultura y Deportes, Liwi Grazioso, arqueóloga de formación profesional, comentó lo mucho que ha aprendido sobre la importancia de la cultura al estudiar distintas civilizaciones. Por su parte, Michelle Muschett, directora regional del PNUD para Latinoamérica, citó a uno de los invitados de honor del festival, el cantautor Joan Manuel Serrat, reclamando el derecho de «reivindicar el realismo de soñar con un futuro en el que la vida sea mejor». También hubo una intervención de Thomas Peyker, embajador saliente de la Unión Europea, quien comentó que «la cultura no es un lujo, sino una necesidad para el desarrollo integral de nuestras sociedades».
Las referencias literarias fueron protagonistas de la noche. La embajadora de España en Guatemala, Clara Girbau, recitó los primeros versos de «Grito hacia Roma» del inmortal poeta granadino Federico García Lorca, así como los célebres versos de Antonio Machado, musicalizados por Serrat: «Caminante, no hay camino, se hace camino al andar». A su vez, Sergio Díaz-Granados, presidente del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), citó los inmortales versos del Popol Vuh: «Que todos se levanten, que nadie se quede atrás».
Momentos especiales
Uno de los momentos más emotivos fue la premiación del ganador del Premio Centroamericano de Cuento de la Revista Carátula para literatura joven, que este año recayó en el hondureño Alejandro René Carrasco Serrato. Recibió el reconocimiento de manos de la escritora nicaragüense Gioconda Belli. Carrasco, quien participó con el pseudónimo de Fraser Crane, ganó por su cuento Felipito, que aborda la compleja realidad de las migraciones.
Asturias y su legado
Otro momento cumbre de la noche ocurrió cuando Miguel Ángel Asturias Amado, hijo del inmortal Premio Nobel de Literatura guatemalteco, entregó elementos selectos del legado de su padre. Manuscritos, pasaportes que lo acreditaban como corresponsal en Europa y los diplomas que lo certifican como ganador de los premios Lenin y Nobel de Literatura fueron depositados en la «caja de los libros» de la Fundación Cervantes, una bóveda de seguridad que resguarda piezas selectas de grandes creadores de las letras en español. Al recibir el valioso legado del gran Moyas, Raquel Caleya, directora de Cultura del Instituto Cervantes, afirmó: «Miguel Ángel Asturias supo contar lo propio en términos universales, y es en esa originalidad que radica su legado».
Hacia el cierre de la noche destacaron las palabras de dos presidentes: el presidente del festival Centroamérica Cuenta, el exiliado y universal escritor nicaragüense Sergio Ramírez, y el presidente constitucional de Guatemala, Bernardo Arévalo de León. Ramírez habló sobre la utopía de la democracia y la lucha contra la tiranía, una batalla en la que «la literatura tiene la majestad de la trascendencia, y los tiranos pasarán a ser pies de pátina en las biografías de los escritores», citando como ejemplo la manera en que el tirano Manuel Estrada Cabrera se convirtió en personaje de la obra cumbre de Asturias: El señor presidente.
Por su parte, Arévalo de León cerró el acto de inauguración antes de dar paso a la charla entre Joan Manuel Serrat y Sergio Ramírez. El mandatario guatemalteco destacó que «la cultura viene de la raíz más honda de nuestras identidades, y el libre ejercicio de la creación es un derecho fundamental para nuestros pueblos». Subrayó el privilegio que representa para su gobierno y el pueblo de Guatemala hospedar el festival. «Crear es resistir, y los pueblos de Centroamérica nunca van a dejar de crear, y nunca van a dejar de resistir», dijo en su discurso, para concluir con una frase contundente y poderosa: «Gracias por reunirnos alrededor del fuego creador de la palabra».
Quedó inaugurada así una intensa semana de intercambio intelectual, literario y creativo, de Centroamérica para el mundo.