En la Gran Sala Efraín Recinos, el viceministro de Cultura, Rodrigo Carrillo, dio la bienvenida al público. Explicó que el teatro estuvo en un “coma inducido” para una vital intervención: la sustitución de su sistema eléctrico por celdas estadounidenses de alta calidad, lo que garantiza su funcionamiento por décadas. Carrillo celebró el “reencuentro del Teatro con el público que le da vida”, un momento que contó con la presencia de la vicepresidenta de la República, Karin Herrera.
La ministra de Cultura, Liwy Grazioso, formalizó la inauguración y declaró: “Este maravilloso lugar vuelve a ser el epicentro de los latidos artísticos y culturales que revitalizarán estos escenarios”.
Tras la parte protocolaria, el arte se apoderó del escenario. La noche se llenó de música con un desfile de marimbas: la Marimba de Concierto del Palacio Nacional, la Marimba Guatemala del Ballet Moderno y Folklórico, la Marimba de Bellas Artes y la Q’ojonel Soon. Juntas crearon un “bosque sonoro” que envolvió el recinto.
El Coro de Personas con Discapacidad “César Augusto Hernández” también participó, y con su carisma y emotivo trabajo vocal, arrancó ovaciones del público.
El broche de oro lo puso precisamente el Coro, en un ensamble con la alegría popular de la Q’ojonel Soon, al interpretar canciones icónicas como “Luna de Xelajú”, “El Grito” y “Mi bella Guatemala”, lo cual cerró una noche gloriosa que marca el renacimiento del Teatro Nacional para el país y el mundo.