Este lugar, reconocido por su producción de maíz, se convirtió en el punto neurálgico donde sanluqueños y visitantes se deleitaron con el espeso y exquisito elíxir elaborado con granos de maíz tierno.
El evento, que contó con la presencia de autoridades municipales y del gobierno central, ofreció una jornada que satisfizo no solo el paladar, sino los cinco sentidos.
Música y arte que celebran la cultura
El oído de los presentes fue agasajado por una sucesión de cinco marimbas, entre las que destacó la célebre Marimba Chapinlandia, que engalanó el evento con lo mejor de su repertorio.
Además de la música, se hizo entrega pública de la partitura de una melodía muy especial, “Atol de mi tierra”, que encarna el espíritu cálido y hogareño de la tradición.
El arte visual también tuvo su espacio, con una exposición de pintura de los artistas de la Escuela Municipal de Arte de San Lucas Sacatepéquez y del Centro de Desarrollo Artístico Ado Music.
Una jornada para toda la familia
Los más pequeños de la casa disfrutaron de un área de juegos infantiles instalada por el Ministerio de Cultura y Deportes, con atracciones como globos, pintacaritas y un tobogán, garantizando la diversión para todos. Y como no podía ser de otra forma, el protagonista fue el sabor.
Grandes y chicos, locales y visitantes, se chuparon los dedos con las delicias del maíz: elotes asados, pastel de elote y, por supuesto, mucho delicioso atol de elote.
Con su reconfortante sabor, el festival reafirmó que Guatemala está hecha de maíz, el grano sagrado con el que, según el Popol Wuj, se creó a los primeros hombres.