La Orquesta Sinfónica Nacional de Guatemala (OSN) cautivó a más de mil espectadores con su VI Concierto de temporada. Bajo la batuta del maestro ruso Mark Kadin, la orquesta interpretó un selecto repertorio de música eslava que incluyó obras de Dvorak y Stravinski, en una noche que queda en el recuerdo.
La Orquesta Sinfónica Nacional llenó la Gran Sala “Efraín Recinos” del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias con majestuosidad y genio.
Dirigida por el maestro ruso Mark Kadin, la orquesta presentó un repertorio de lujo. Las dos piezas seleccionadas, que remiten al público a lo mejor de la música eslava, reflejan la elección del director.
La noche arrancó con la belleza del Concierto para Violonchelo en Si Menor del compositor austro-húngaro Antonín Dvorak. Esta audaz obra le da un lugar central al violonchelo, extrayéndole agudos y trinos de gran complejidad. El encargado de esta proeza musical fue el violonchelista guatemalteco Julio Lima, quien participó como solista y segundo invitado de la noche.
El plato fuerte de la velada fue La Consagración de la Primavera, la obra vanguardista del compositor ruso Igor Stravinski, concebida como un ballet con coreografía del genio de la danza ruso Vladislav Nijinski.
La música narra la llegada de la primavera como una auténtica erupción, con secuencias arrítmicas y un uso creativo de todos los instrumentos que culminan en un ritual de sacrificio a la madre tierra. La orquesta representó este clímax con una explosión de sonido que dejó a la audiencia aturdida y maravillada.
La ovación de pie para la OSN y su director duró cinco minutos, un claro reflejo del entusiasmo del público. El maestro Kadin, con encanto y buen humor, volvió al estrado varias veces, presentando a cada sección de la orquesta, las cuales fueron aclamadas por la sala. El telón se cerró sobre una noche inolvidable.