“Si no hay bomberos, no hay aeropuertos, así de fundamentales son.” Con esta frase contundente, el viceministro de Transportes, Fernando Suriano, clausuró el Curso Básico del Sistema de Comando de Inmediatez (SCI), donde 24 participantes, entre bomberos y personal administrativo, recibieron certificación oficial para actuar de manera efectiva ante situaciones de emergencia.
“Este es un servicio modelo, que nos apoya y destaca como Dirección General de Aeronáutica Civil, ya que nuestro objetivo no solo es velar por los recursos, sino porque el elemento humano se capacite constantemente”, agregó el Suriano.
La formación, impulsada como un servicio modelo para la profesionalización del personal de respuesta inmediata, fortalece directamente la capacidad operativa de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), elevando los estándares de seguridad en instalaciones aeroportuarias y otras áreas críticas.
Durante dos jornadas intensivas de ocho horas, los participantes cursaron cinco lecciones clave, pasando por tres evaluaciones progresivas: una prueba diagnóstica escrita, una evaluación teórica y un ejercicio final práctico.
Este último desafío, un simulacro de atentado con explosivos en un edificio, puso a prueba no su capacidad técnica en manejo de bombas, sino su habilidad para coordinar, seguir una cadena de mando eficaz y administrar recursos sin duplicidad ni contraórdenes.
“El objetivo no es que los bomberos se conviertan en expertos en explosivos, porque se sabe que los bomberos no son elementos antibombas, sino que aprendan a administrar la emergencia, a saber, cómo y a quién solicitar recursos, y cómo actuar dentro de la estructura del SCI”, explicó el encargado de la Escuela Nacional del Sistema de Comando Inmediato de SE-CONRED e instructor certificado internacional, Luis Enrique González.
La implementación del SCI en cuerpos de respuesta permite una gestión de crisis más ágil y efectiva, lo cual es especialmente crucial en contextos aeroportuarios donde los segundos pueden marcar la diferencia entre la vida y la tragedia.
Este esfuerzo por certificar y profesionalizar a quienes están en la primera línea de atención no solo robustece las capacidades de la DGAC, sino que también envía un mensaje claro: la seguridad es una prioridad nacional.
“Este tipo de formación garantiza una respuesta rápida, ordenada y eficiente ante cualquier emergencia. Con cada certificado, estamos construyendo un país más preparado”, concluyó Suriano.