La ministra de Agricultura, Ganadería y Alimentación, María Fernanda Rivera Dávila, supervisó los avances de la segunda fase del proyecto “Fortalecimiento para el desarrollo sostenible de la industria del bambú en Guatemala”, durante una visita al Centro de Transformación e Investigación del Bambú (CTIB), ubicado en el kilómetro 22 de la Ruta al Pacífico. La iniciativa promueve la innovación, sostenibilidad y desarrollo de la agrocadena de este producto.

Rivera Dávila estuvo acompañada de Vivía Chang, Embajadora de la República de China (Taiwán), y de Vilma Fernández, viceministra Administrativa Financiera del Ministerio de Desarrollo Social.
La segunda fase del proyecto está financiada por la Misión Técnica de Taiwán y tiene un monto de $3.5 millones de dólares en una duración de tres años. Este aporte consolida al CTIB para potenciar la cadena productiva mediante tecnología industrial, estudios de créditos de carbono y alianzas entre los sectores público, académico y privado.

En el período 2026-2029, el énfasis del proyecto es la comercialización, aprovechamiento de residuos y bonos de carbono. El bambú, que captura cuatro veces más CO2 que un árbol (15-25 toneladas por hectárea al año), se usa en agricultura sostenible (invernaderos, secadoras), economía verde (muebles, biomasa), desarrollo social (emprendimiento rural, infraestructura educativa) y ambiental (conservación de suelos, prevención de desastres).
Durante la actividad, la titular del MAGA conoció de primera mano los avances en materia de investigación, capacitación y procesamiento del bambú, una planta con alto potencial para la construcción, la mueblería, la artesanía y la infraestructura agropecuaria. Rivera Dávila destacó la importancia de este centro como un ejemplo de innovación rural y sostenibilidad ambiental.

El CTIB es una iniciativa promovida por el MAGA en cooperación con la República de China (Taiwán). La instalación cuenta con máquinas especializadas para el procesamiento del bambú, el cual luego es utilizado en la creación de galpones, invernaderos, casas malla y diversos artículos industriales y artesanales. Ello contribuye a fortalecer la cadena productiva y generar oportunidades económicas y sociales.

El centro también promueve la siembra de bambú como una alternativa sostenible para la protección de bordas de ríos y la mitigación de la erosión del suelo, acción que refuerza el compromiso institucional con la conservación ambiental.
Este proyecto de cooperación internacional reafirma los lazos de amistad y desarrollo entre los dos países e impulsa la transformación del sector agropecuario hacia una economía más verde, sostenible e inclusiva.

