“La okra es un producto beneficioso para la salud y muy nutritivo”, relata Carmen Virginia Tiul, productora de Panzós, Alta Verapaz, sobre este cultivo que ha comenzado a diferenciarse, el cual tiene potencial productivo que puede sumar al desarrollo económico de la región.
También conocida como “quimbombó”, la okra es un cultivo de alto valor nutricional y con una creciente demanda en los mercados internacionales. De acuerdo con doña Carmen, es rica en vitaminas y minerales, que destaca por su contenido en fibra soluble. Además, se caracteriza por su versatilidad en la gastronomía, ya que puede consumirse de diversas formas: cruda, cocida y frita.
Su impacto va más allá de la nutrición. En Alta Verapaz, su cultivo se está convirtiendo en una fuente de desarrollo económico local, impulsando la generación de empleo y la diversificación de la producción agrícola.
El cultivo de okra también fortalece el empoderamiento de las mujeres rurales, quienes participan activamente en las etapas de siembra, cosecha y comercialización. Este protagonismo femenino contribuye a mejorar los ingresos familiares y el bienestar de las comunidades.
Gracias al acompañamiento técnico del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), por medio del Viceministerio de Desarrollo Económico Rural (VIDER), cada vez más familias han encontrado en este producto una alternativa rentable y sostenible.

