Hanna Orellana Beitze, directora de Editorial Cultura (productora del libro), destacó la importancia de la obra y evidenció la carencia de ensayos de este tipo en el país. Orellana explicó: “Nos falta crítica artística; producimos mucha obra, pero no nos detenemos a discutirla, a comentarla y a darla a conocer”.
Intercambio de ideas y reflexiones
La presentación fue un conversatorio fascinante entre el autor, la directora de la editorial y el poeta y editor invitado, Luis Méndez Salinas.
Nájera reveló que el libro surgió de su colaboración con diversos artistas visuales guatemaltecos, para quienes escribía textos que acompañaban sus exposiciones.
Así estableció vínculos con creadores como el fotógrafo Luis González Palma y artistas contemporáneos como Edgar Calel y los hermanos Ángel y Fernando Poyón.
Dado que los tres últimos son destacados artistas kaqchikeles, la interacción con personas de distintos pueblos de Guatemala llevó a Nájera a reflexionar sobre el concepto de “universal” en el arte. “Este es un concepto europeo. Se trata de un hombre, blanco, desde su esquinita”, comentó. Se preguntó: “¿Cómo ver nuestro arte desde la descolonización?”.
Descolonización y colectividad
Esta inquietud lo impulsó a explorar procesos decoloniales, apoyándose en intelectuales como el crítico paraguayo Tizio Escobar, quien aborda “la belleza de los otros”. Nájera concluyó que “no son ellos, somos nosotros, todos”, optando por trascender incluso el concepto de “los otros”.
El autor confesó que su intensa actividad mental le provoca ansiedad y que ordenar sus ideas le resulta calmante. Mencionó un momento en el que, al despertarse de madrugada, vio un documental que exploraba las tres formas de economía menos controladas y más propensas al lavado de dinero: el mercado internacional de armas, el de drogas y el de arte.
Méndez Salinas elogió el libro, comentando: “Creo que vale mucho la pena porque está plagado de obsesiones, y no esconde el proceso a través del cual aparecen las ideas, lo cual es muy valioso y generoso”.
Sobre el presente del país, Nájera expuso: “Estamos viviendo el derrumbe del imperio”, un proceso que se gesta desde hace años. Cuestionó la vigencia de estructuras como el Estado-Nación y concluyó con una nota de esperanza: “¿Tenemos que abrirnos a otros espacios? Imaginemos otro mundo. ¿Y cómo lo imaginamos? En colectividad”.
