La actividad, que reunió a miembros de la comunidad local, se centró en la transmisión de saberes y la revitalización de la identidad cultural de los pueblos.
El vínculo con el Ajaw y la Madre Tierra
La ceremonia fue dirigida por experimentados ajq’ijab’ (guías espirituales), quienes condujeron el ritual alrededor del fuego sagrado.
Este acto espiritual ancestral tiene como fin agradecer al Ajaw (Creador y Formador), a la Madre Tierra y a las energías del universo por el ciclo que concluye, reconociendo cada aprendizaje, cosecha y logro del año 2025.
A través del fuego, que simboliza el puente de comunicación entre el mundo humano y el espiritual, los participantes elevaron sus peticiones y reflexiones colectivas para armonizar sus energías antes del inicio del nuevo ciclo.
Significado espiritual y continuidad de saberes
Más allá del acto ritual, el encuentro destacó por fomentar la transmisión intergeneracional de saberes. Los guías del Centro Ceremonial Kab´laju Toj compartieron con los asistentes la importancia de los siguientes pilares de la cosmovisión maya:
- Gratitud: Se reconoció lo vivido durante el año —salud, retos y logros— como parte esencial del equilibrio de la vida.
- Cierre de ciclo: Un momento para soltar energías negativas, conflictos y cargas espirituales, entendiendo el tiempo como un proceso cíclico.
- Armonización: La búsqueda constante por restablecer la armonía entre la persona, la comunidad, la naturaleza y el cosmos.
- Petición para el nuevo ciclo: El ruego por sabiduría, unidad comunitaria y fortaleza espiritual para el año que inicia.
Esta iniciativa de la Dirección General de Desarrollo Cultural no solo preserva la cosmovisión maya, sino que reafirma el respeto a la memoria ancestral y fortalece el tejido social en El Estor, promoviendo valores de convivencia para las futuras generaciones.
Con esta actividad, el Ministerio de Cultura y Deportes reafirma su compromiso de salvaguardar las prácticas ancestrales que definen nuestra identidad. Al propiciar estos espacios de espiritualidad y respeto, se garantiza que el legado de los pueblos mayas no solo se mantenga vigente, sino que continúe siendo la base para una convivencia armónica y un desarrollo cultural pleno en cada rincón de Guatemala.
