En apenas 35 años de vida, Wolfgang Amadeus Mozart compuso obras que abarcaron todos los géneros musicales de su época. Desde sonatas para piano y sinfonías hasta óperas y conciertos escritos para instrumentos específicos con acompañamiento orquestal, nada escapó a su genio creativo.
Tal es el caso de sus cuatro magníficos conciertos para corno francés y orquesta, recientemente interpretados por la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Nacional de Música en dos memorables jornadas. La presentación contó con la participación de destacados solistas, quienes ejecutaron las partes de corno en cada concierto.
Las enigmáticas figuras creadas por el maestro Efraín Recinos para decorar los costados del auditorio del Conservatorio Nacional de Música “Germán Alcántara” fueron mudos testigos de la actividad, junto al entusiasta público que llenó el recinto, para disfrutar del talento de estos prometedores músicos.
Viento metal con ecos del genio
La Orquesta Sinfónica del Conservatorio Nacional de Música está compuesta en su mayoría por alumnos de esta institución, pero suele contar entre sus filas con la presencia de músicos profesionales que sirven como refuerzo a su interpretación. En las dos veladas de conciertos para corno francés de Mozart, la orquesta fue dirigida por el maestro Martín Corleto Orantes, que dio una cálida bienvenida al público, subrayando que «un concierto de orquesta siempre es un milagro».
Durante la primera jornada de conciertos, se interpretó el concierto No. 1 en Re mayor, que contó con el maestro Christian Escobar Palacios como solista del corno. El concierto No. 3 en Mi bemol mayor, tuvo a la maestra Angela Jayes interpretando el instrumento insignia.
En la segunda jornada, realizada al día siguiente, fueron los maestros Jenery Castillo y Josué Vásquez los cornistas que interpretaron los conciertos No. 2 y 4 en Mi bemol mayor, respectivamente.
Escobar señala que estos conciertos fueron compuestos en distintas etapas de la vida de Mozart, lo que se refleja en la diversidad de sus sonidos. Desde evocaciones de antiguas escenas de caza, donde el corno convocaba a los nobles y sus sabuesos, hasta la refinada elegancia de los salones de baile renacentistas, cada pieza captura una atmósfera única.
En todos los conciertos destacan los sonidos del corno, denso y metálico pero lleno de acentos dulces, y los respectivos solos que el genio de Salzburgo escribió para este instrumento. La orquesta, por su parte, brilló por su profesionalismo, acompañando impecablemente a los maestros y demostrando la alta calidad de la educación que sus miembros reciben.
Festivales y campamentos para los cornistas
El ciclo completo de conciertos para corno francés y orquesta de Mozart marcó el inicio de los preparativos para el Festival del Corno, una actividad que, según Corleto, «reivindica con coraje y valor la posición de este instrumento, uno de los más difíciles de tocar». El festival se llevará a cabo durante la primera quincena de agosto.
Jenery Castillo, presidente de la junta directiva del festival, explica que la iniciativa busca profesionalizar la enseñanza del corno en Guatemala. «Somos un grupo de amigos y colegas que enfrentamos la necesidad de ser mejores instrumentistas y maestros», señala. El festival también pretende atraer músicos internacionales con experiencia pedagógica para enriquecer la formación de las futuras generaciones que participen en el evento.
Como novedad, este año se llevará a cabo el primer Campamento de Corno, en el que los asistentes compartirán conocimientos y experiencias durante varios días de convivencia en el mágico entorno de Panajachel, Sololá.