Un insumo orgánico que se utiliza como enmienda del suelo para mejorar la fertilidad, la retención de agua y la captura de carbono, es el biochar, es un tipo de carbón vegetal obtenido a partir del pirólisis (descomposición térmica en ausencia de oxígeno). Estos son residuos de carbón que se producen a calentar fuertemente la madera, restos de cultivos, cáscaras de frutos y otros residuos orgánicos.
Al mejorar la fertilidad del suelo, aumenta la capacidad de retención de nutrientes y la estructura del suelo, es especialmente útil en suelos arenosos o en zonas con sequías frecuentes. Actúa como un reservorio de nutrientes, liberándolos lentamente.
El biochar almacena carbono en el suelo durante cientos o miles de años. Además fomenta la actividad microbiana, lo cual beneficia la biodiversidad del suelo al servir de hábitat para microorganismos beneficiosos. Otra cualidad es que minimiza la liberación de metano y óxido nitroso desde el suelo.
Para incorporarlo al suelo, se mezcla con la tierra que se utilizara antes de la siembra para mejorar la estructura y la fertilidad. Para potenciar su efectividad, se mezcla con abonos orgánicos y también se puede usar como sustrato en cultivos hidropónicos, como medio de crecimiento para plantas en sistemas sin suelo.
En la agricultura de conservación, se usa no solo para mejorar la salud del suelo, sino para aumentar la resiliencia ante sequías. Como agricultura ecológica, es una alternativa sostenible para reducir la dependencia de fertilizantes sintéticos.
El biochar es una solución sostenible para mejorar la productividad agrícola. Su capacidad para mejorar la fertilidad del suelo, retener agua y capturar carbono lo convierte en una herramienta valiosa para una agricultura más eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
