La conservación del suelo es clave para garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola. Por ello, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) promueve prácticas locales orientadas a preservar y mejorar la capacidad productiva de la tierra, especialmente en áreas vulnerables a la degradación.
Estas acciones buscan mitigar fenómenos como la escorrentía, la erosión, la compactación y la pérdida de nutrientes, que afectan directamente la calidad del suelo. Entre los principales factores que propician la erosión destacan el manejo inadecuado de la tierra, las lluvias intensas, la pendiente del terreno y la ausencia de cobertura vegetal.
Durante la temporada lluviosa, la escorrentía superficial aumenta y con ella el arrastre de partículas del suelo, especialmente en zonas montañosas con poca vegetación. Esta degradación impacta directamente a las comunidades rurales, generando pérdidas en las cosechas, deterioro de tierras cultivables y la expansión de la frontera agrícola hacia áreas boscosas ante la disminución de la productividad.
En Guatemala, las regiones montañosas son particularmente propensas a este problema, debido a la combinación de su topografía, lluvias frecuentes, suelos poco profundos y prácticas agrícolas como la siembra de cultivos limpios en laderas. Ante este escenario, el MAGA, por medio de la Dirección de Información Geográfica, Estratégica y Gestión de Riesgos (DIGEGR), promueve técnicas de manejo sostenible como la siembra en contorno, acequias de ladera y terrazas de banco.
Los departamentos más afectados por la erosión son Alta Verapaz, Quiché, San Marcos, Huehuetenango, Chimaltenango, Sololá, Sacatepéquez y Quetzaltenango.
Principales prácticas de conservación de suelos
• Siembra en contorno: consiste en sembrar siguiendo las curvas a nivel del terreno. Los surcos actúan como barreras naturales que disminuyen la velocidad del agua y reducen la erosión.
• Acequias de ladera: zanjas superficiales dispuestas perpendicularmente a la pendiente para captar y conducir el agua, evitando escorrentías intensas. Complementan la siembra en contorno.
• Terrazas de banco: escalonamiento del terreno en forma de gradas que reduce la inclinación y controla la pérdida de suelo en pendientes pronunciadas.
• Barreras vivas o muertas: franjas de vegetación (zacates, cultivos perennes) o materiales inertes (piedras, ramas) colocadas estratégicamente para frenar el flujo del agua.
• Cobertura vegetal (mulch): aplicación de residuos orgánicos como rastrojo, hojarasca o pasto seco para proteger el suelo, conservar la humedad, minimizar el impacto de la lluvia y enriquecer el sustrato.
• Rotación y asociación de cultivos: alternar o combinar diferentes especies en una misma parcela mejora la estructura del suelo y previene el agotamiento de nutrientes.
• Reforestación y agroforestería: incorporar árboles y arbustos en los sistemas agrícolas incrementa la cobertura vegetal, reduce la erosión y promueve la biodiversidad.
El compromiso del MAGA con la conservación de suelos busca asegurar la sostenibilidad de la agricultura y el bienestar de las familias que dependen de ella como principal fuente de subsistencia.