San José la Arada, Chiquimula, es un lugar tranquilo, caluroso, las calles están aseadas, hay poca presencia de vehículos y únicamente predomina el cantar de los pájaros. Ese municipio es el hogar de Dulce Hernández, monitora de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) de la Presidencia, quien lleva más de cinco años de trabajar en la institución.
Dulce se encuentra asignada ya, desde hace varios años, al municipio de Olopa, que se encuentra a una hora de su domicilio, se moviliza en bus y por ese motivo madruga. Se levanta a las cinco de la mañana, prepara sus cosas y desayuna, se despide de sus padres y emprende la travesía para comenzar una nueva jornada de labores.
“Cuando me dijeron monitora yo me imagine estar en una computadora, nunca me imaginé que en campo, más adelante me explicaron a qué se refería trabajar en la Sesan y con gusto firmé”, comentó al ser cuestionada sobre su primer día de labores, en el cual tuvo un poco de miedo porque en la delegación “hay más hombres que mujeres.”
Dijo que este trabajo se presentó como un reto, por lo que tuvo que leer la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, la Ley de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural y el Código Municipal, para poder entender la gobernanza y la labor que realizan principalmente las Comisiones Municipales de Seguridad Alimentaria y Nutricional (COMUSAN).
“Yo llegué bien nerviosa el primer día, es mi primer trabajo laboral, pero poco a poco fuí aprendiendo sobre la gobernanza. Además, como mujer he tenido varios retos, también le tuve mucho miedo al micrófono aunque ahora ya me desenvuelvo mejor en las reuniones de la COMUSAN de Olopa”, expresó.
En el marco del Día de la Mujer, la SESAN realizó un foro para realzar la labor de las mujeres en la institución, entre ellas estuvo Dulce Hernández, quien compartió su experiencia con las autoridades y los compañeros de la sede central y de las 22 delegaciones departamentales.