El cultivo de zanahorias es relativamente sencillo y adaptable a una variedad de climas, aunque se desarrollan mejor en temperaturas frescas, entre 15 y 21 grados centígrados. Las zanahorias requieren un suelo suelto y bien drenado, ya que crecen mejor en los ligeros, arenosos o limosos, lo que facilita el desarrollo de raíces largas y rectas.
La preparación adecuada del terreno es crucial, eliminando piedras o grumos que puedan deformar las raíces. La siembra se realiza directamente en el suelo y las semillas tardan entre 10 y 20 días en germinar. Es importante mantener la tierra húmeda, sin encharcamientos. El cuidado del cultivo incluye el raleo, es decir, el adelgazamiento de las plántulas para evitar la competencia por nutrientes y espacio.
Las zanahorias requieren de un riego regular, especialmente durante los periodos secos, y se benefician de un abonado con compost bien descompuesto. Se deben controlar plagas como la mosca de la zanahoria y enfermedades como la pudrición de las raíces. El ciclo de crecimiento de la zanahoria suele durar entre 70 y 100 días.
