El público que asistió al auditorio del Conservatorio Nacional de Música pudo atestiguar la maestría y dominio vocal que están alcanzando las alumnas de esa institución de estudios que han optado por especializarse en bel canto.
Un grupo de alumnas de 4º, 5º y 6º bachillerato ofrecieron un muestrario de lo mejor del cancionero operático para el público que acudió a escucharlos. La velada contó con la participación del destacado violoncelista y director de orquesta Ricardo del Carmen Fortuny como maestro de ceremonias, y las alumnas fueron acompañadas en sus interpretaciones por el reconocido pianista y profesor de música Vinicio Quezada.
Un repertorio interesante y diverso
Las alumnas interpretaron un variado repertorio que incluyó arias de óperas como Griselda y fragmentos de zarzuelas como El anillo de hierro. En sus presentaciones, las alumnas no sólo demostraron su técnica vocal, sino también su gestualidad y dominio escénico, elementos todos indispensables para la presentación exitosa de cualquier buen intérprete vocal.
También hubo momentos de originalidad, como cuando dos alumnas interpretaron un dúo perteneciente a la conocida ópera Cossi fan tute, de Wolfgang Amadeus Mozart. También hubo una participación de un alumno de clarinete, que aprovechó la gala para demostrar su habilidad en el instrumento.
Los profesionales a escena
Al final de la presentación, los organizadores tenían reservada una sorpresa muy especial, tanto para las alumnas participantes como para el público que se hizo presente: la soprano Alejandra Flores y el tenor Gustavo Adolfo Palomo subieron al escenario, y cerraron la tarde con broche de oro, en un despliegue de profesionalismo y poderío vocal.
Primero, Flores interpretó la conocida aria O mio babbino caro, de la ópera Gianni Schicci, de Giacomo Puccini. Luego, Palomo interpretó la romanza para tenor M’appari tutt’amor, de la ópera Martha, del compositor alemán Friederich von Flotow, para luego interpretar ambos artistas a dúo la pieza Torero quiero sé, fragmento de la ópera El gato montés, del español Manuel Penella Moreno.
Al terminar el dúo, el público aplaudió encantado y pidió más, así que la pareja obsequió una última presentación, cerrando la jornada con el célebre y querido Brindis de la ópera La Traviata, de Giuseppe Verdi, haciendo que el auditorio entero estallara en una nutrida ovación, y dejando en las jóvenes alumnas nuevos anhelos, al hacer una demostración práctica del nivel de maestría al que pueden aspirar a alcanzar.