El legado musical guatemalteco actualmente vive por medio de las interpretaciones de niñas, niños y jóvenes que ejecutan su sonoridad en Cuba. Esto es posible por el remozamiento del instrumento, un trabajo de gran dedicación que le permitió volver a los escenarios a través de la labor que realizó el proyecto Luis de Lión.
Esta visita fortalece el lazo de amistad que nació hace más de 15 años entre Guatemala y Cuba, una demostración de cómo el arte nos une sin importar la distancia, compartiendo la herencia de nuestros antepasados a través de nuestro instrumento nacional.