La agrobiodiversidad es un pilar fundamental para el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), pues es la base de la agricultura sostenible y tiene un rol crucial en la seguridad alimentaria, la nutrición y la adaptación al cambio climático.
La agrobiodiversidad se refiere a la variedad y variabilidad biológica presente en la agricultura y la producción de alimentos. Este concepto comprende las distintas especies de plantas cultivadas y animales criados, así como también la diversidad genética dentro de esas especies; los microorganismos y organismos asociados que contribuyen al equilibrio de los ecosistemas agrícolas.
Contar con una amplia agrobiodiversidad es esencial, porque al tener mayor variedad de cultivos y razas animales, se reduce el riesgo de escasez de alimentos frente a las amenazas como plagas, enfermedades o condiciones climáticas extremas. Contar con distintas variedades adaptadas a diferentes contextos, incrementa la resiliencia del sistema productivo.
Además, la agrobiodiversidad favorece la salud del suelo, mejora la polinización natural y ayuda al control biológico de plagas y enfermedades, reduciendo la necesidad de insumos externos como fertilizantes químicos o pesticidas. Los ecosistemas agrícolas más diversos tienden a ser más estables y sostenibles.
La diversidad genética presente en las razas animales representa un valioso “banco genético”, crucial para programas de mejora que buscan incrementar la productividad, resistencia a enfermedades y adaptación a nuevas condiciones ambientales.
En los sistemas de agricultura tradicional, como los que aún se practican en muchas comunidades del país, es común encontrar parcelas con variedades de cultivos como papa, maíz y frijol, adaptadas a los distintos microclimas locales. Estas prácticas son clave para preservar el patrimonio genético y cultural.
Por ello, proteger y promover la agrobiodiversidad es esencial para construir una agricultura más justa, sostenible y capaz de garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo. Porque un pueblo digno empieza por tener acceso a alimentos diversos, nutritivos y producidos con respeto a su entorno.
