La alegría que brindaban los trompos, capiruchos, matracas y yoyos, entre muchos otros, a quienes hoy son padres y abuelos, formaron parte de la vida cotidiana de muchos guatemaltecos durante el siglo XX.
Dicho taller fue impartido por Luis Ortiz, de Comedia Camaleón. Durante la actividad, los asistentes, tanto jóvenes como adultos, realizaron un viaje al pasado a través de explicaciones dinámicas acompañadas de anécdotas e historias que evocaron otras épocas.
Luis Ortiz comentó que colecciona artículos como monedas, juguetes, herramientas, utensilios de cocina y aparatos electrónicos desde 1976, muchos de los cuales han ido desapareciendo de la vida cotidiana con el avance de la tecnología. Explica que encontró la inspiración para compartir estos “pedazos de historia” cuando sus hijos comenzaron a crecer y no reconocían ciertas expresiones ni comprendían la utilidad de algunos objetos.
Hoy en día, Ortiz comparte su afición a través del programa “Juguemos al juego que todos jugamos”, un proyecto que busca preservar y difundir las memorias del siglo pasado para que no queden olvidadas en el tiempo.