El festival, en su edición número 56, honra al distinguido médico, cuya iniciativa dio origen al evento en 1965. Este año, se dedica a la memoria de la destacada pianista, directora orquestal y docente Isabel Ciudad Real, fallecida a principios de 2025. En esta segunda jornada, cinco coros destacados llenaron de armonía el Salón Mayor del Paraninfo.
Coros de todas las edades
La velada comenzó con el coro Do Re Mi del Colegio Belga de Guatemala, dirigido por el maestro Daniel Ovalle Leiva, quien también cerró la noche. Con ingeniosas coreografías, las jóvenes interpretaron melodías en homenaje a compositoras, como “Soledad y el mar” de la mexicana Natalia Lafourcade, “Abuela sangre” de la cantautora guatemalteca Magda Angélica (exalumna de la institución) y “Llévame en tus alas” de la colombiana Marta Gómez.
La Escuela de Música Sacra (EMUSA) del Seminario Teológico Centroamericano presentó dos coros. Primero, el Coro Infantil EMUSA ofreció un variado repertorio, que incluyó el himno adventista “Alegre voy cantando” y las piezas guatemaltecas “Livingston” de José Ernesto Monzón y “Un lorito de Verapaz” de Antonio Elías Vidal Figueroa. Luego, el Coro EMUSA, conformado por adultos, destacó al interpretar obras como el canto tradicional sudafricano “Shosholoza”.
El Ministerio de Cultura y Deportes marcó presencia
El Coro Nacional de Guatemala, Patrimonio Cultural de la Nación, y representante del Ministerio de Cultura y Deportes, clausuró la jornada. Bajo la dirección de Daniel Ovalle Leiva, que volvió al escenario, presentó piezas como “Quién fuera” del cantautor cubano Silvio Rodríguez, el poema “Picaflor” de Miguel Ángel Asturias, musicalizado por el maestro Felipe de Jesús Ortega, y dos vibrantes chachachás: “El Bodeguero” del cubano Richard Egües y “Frenesí” del mexicano Alberto Domínguez Borrás.
A pedido del público, el Coro Nacional añadió “Frenesí” a su repertorio, cerrando con entusiasmo una velada donde las voces brillaron con armonía.