Los radioaficionados son capaces de transmitir y recibir en las circunstancias más adversas, por lo que la radioafición se constituye un medio eficaz de comunicaciones en casos de catástrofe, eso ha motivado a que cada vez ingresen más personas al Club de Radioaficionados de Guatemala (CRAG), creado en 1947 y conformado hasta el momento por 300 miembros, según los registros de la Superintendencia de Telecomunicaciones (SIT).
De acuerdo con el manual de registro de la SIT, el radioaficionado es una persona individual, debidamente autorizada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), por intermedio de su representante en el país, que es el CRAG, los que deben cumplir con el requisito de ser de carácter exclusivamente personal y sin fines de lucro.
El radioaficionado tuvo su origen en la exploración del espectro radioeléctrico, las categorías de radioaficionados son: Novicios y general, según sus conocimientos y sus ventajas, entre radios y antenas. Tiene como objeto la instrucción individual, la intercomunicación y los estudios técnicos, efectuados por radioaficionados.
La Gerencia de Regulación de Frecuencias y Radiodifusión de la SIT es la encargada de llevar el control y asignación de distintivos de llamada de los radioaficionados de Guatemala, en sus diferentes zonas radiales. El Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) apoya y promueve este pasatiempo, pero lo más importantes es que en momentos de emergencia los radioaficionados sirven al país.