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Guatemala, 25 agosto 2020. El presidente Alejandro Giammattei visitó ayer, acompañado por el canciller Pedro Brolo, el albergue deportivo Ramiro de León Carpio, donde verificó la atención que se brinda a los migrantes guatemaltecos retornados, cuyas dramáticas historias escuchó, y a quienes ofreció atender con apoyo integral y que, de esta manera, tengan motivos para quedarse en su país.
“No queremos que vuelvan a irse para padecer lo mismo; la idea es buscar oportunidades de trabajo, financiamiento, microcréditos, capacitaciones, un plan de desarrollo integral, para que sientan la necesidad de quedarse, no la necesidad de irse. Eso principia hoy”, dijo el jefe de Gobierno.
Esto último en referencia a una reunión que tenía programada este mismo día con autoridades involucradas en el sensible tema y agencias de cooperación internacional.
El mandatario guatemalteco explicó que este esfuerzo se pretende cumplir pensando en “un día después” del retorno.
Este enfoque está basado en el llamado que hizo desde el inicio de su gestión para construir “muros de prosperidad” capaces de abatir las causas de la migración irregular.
El canciller Brolo reconoció el trabajo de coordinación interinstitucional que en la atención a los retornados cumple el viceministro de Relaciones Exteriores a cargo de los temas consulares y migratorios, Eduardo Hernández, y explicó que participan el Instituto de Migración, el Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua), el Centro de Gobierno y agencias internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (AID).
En este albergue se han atendido, en el contexto de la pandemia de COVID-19, a 4.900 retornados que fueron deportados a Guatemala tanto por aire como por tierra, según explicó el propio jefe de Gobierno. Actualmente, permanecen en el lugar unos 200, entre hombres y mujeres.
Durante su recorrido, el mandatario se encontró con mujeres que esperaban su turno para recortarse el cabello y pudo intercambiar con ellas bromas y sonrisas. También, una maestra de música cantó una canción en su honor, en tanto un joven migrante le hizo entrega de un obsequio como demostración de agradecimiento, un bolígrafo con su nombre grabado.
Al agradecer los gestos, el Presidente reiteró que “no están solos” y que su Gobierno seguirá haciendo todo lo que está a su alcance para apoyarlos.
En uno de los dormitorios se sentó en la orilla de una cama para hablar con un grupo de retornadas y una de ellas, Deysi Siomara Gómez Pérez, no contuvo sus lágrimas de emoción al narrar lo que había vivido en su ruta migrante.
“Ustedes regresan maltratadas del camino. Las historias son de terror, de lo que vivieron, eso no me cabe la menor duda. Sepan que aquí, en lo que podamos, estamos trabajando para que encuentren esas oportunidades que no tuvieron; es lo que queremos, es por lo que estamos luchando. Ánimo, es tiempo de sonrisas, y de pedirle a Dios que nos de las oportunidades para salir adelante”, expresó el Presidente.