Guatemala, 8 sep. 2020. El presidente Alejandro Giammattei llamó a la unidad de Centroamérica en 2020 en la ceremonia conmemorativa por los 199 años de vida independiente y frente al desafío de la pandemia de Covid-19 y sus impactos en distintas áreas.
Recordó el enunciado lanzado hace 199 años tras la firma de la independencia: “la unión es la fuerza de los pueblos”.
“En aquel 1821, al convocarse a la primera Asamblea Constituyente, el jefe político de las Provincias Unidas de Centroamérica subrayaba que la unión es la fuerza de los pueblos. En el presente, lo es más que en todos los tiempos” de vida independiente, subrayó.
“Es un llamado, que en pleno 2020, es más válido que en ese entonces”, porque “desde marzo vimos acercarse amenazadoramente esta pandemia” con impacto en “muestras economías, nuestros planes, pero más aún, en el desarrollo humano” de los centroamericanos.
Hizo ver que la capacidad de los países del istmo para enfrentarla está a prueba, pero destacó que “hemos hecho lo posible por salir adelante, por adaptarnos, por asumir una disciplina y una perspectiva que nos permita prevalecer como naciones democráticas y en paz”.
“Gracias a nuestra voluntad, vamos dando pasos firmes hacia lo que podemos esperar que es una pronta recuperación de nuestras sociedades, una reactivación de nuestras economías, en el entendido que muchas cosas no volverán a ser iguales, no como antes”, dijo.
En su discurso, también destacó la importancia del Bicentenario de la Independencia en 2021. Expresó que a ésta efeméride se llega “con la seguridad de que, a través de nuestras relaciones con todos los países del mundo, de nuestra participación con las instituciones del sistema multilateral y panamericano, de nuestros esfuerzos por profundizar y hacer más efectiva la integración regional, encontraremos las vías para reactivarnos, atraer inversiones y turismo y, sobre todo, procurar el desarrollo humano de nuestros pueblos”.
Junto al mandatario, presidió el acto la viceministra guatemalteca de Relaciones Exteriores, Ava Atzún Arévalo, al lado de los embajadores de Honduras, Mario Fortín; Nicaragua, Lilliam del Carmen Méndez; Costa Rica, Emilio Arias Rodríguez; y el encargado de negocios de la representación diplomática de El Salvador, Walter Alfredo Anaya.
El Presidente guatemalteco cerró su intervención con una reflexión de bendición para Centroamérica.
Todos ellos coincidieron en que, si bien los países del istmo comparten una historia llena de desafíos y obstáculos, también tienen un futuro amplio y con oportunidades y retos. Por eso, reconocieron el valor de la unidad y de una acción con visión solidaria por un desarrollo humano incluyente y sostenible de los pueblos.