El presidente Alejandro Giammattei advirtió hoy, al intervenir en la Asamblea General de Naciones Unidas sobre Países de Medios Ingresos, que la crisis que vive el mundo se prolongado por la distribución lenta y desigual de las vacunas contra el COVID-19, situación que afecta principalmente a las naciones de renta media y baja.
“Reiteramos la importancia de garantizar el acceso equitativo y universal a las vacunas, medicamentos y tratamientos seguros, eficaces y sobre todo que puedan estar al alcance de la población que puede ser afectada” por el nuevo coronavirus, dijo el mandatario en un mensaje a la asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) transmitido de manera virtual.
Señaló que ante el impacto del COVID-19, los países de ingresos medios se preocupan por impulsar acciones para “evitar perder décadas de avances en materia de desarrollo” y a la vez propiciar “una recuperación inclusiva, sostenible y resiliente a la pandemia”.
En este sentido, destacó la Declaración Política sobre el acceso mundial y equitativo a las vacunas y a la resolución respaldada por la comunidad internacional de que estos medicamentos “deben ser reconocidos como bienes públicos mundiales”.
El presidente de Guatemala habló en nombre del Grupo de Naciones Afines de los Estados de Renta Media, integrado por su país, Armenia, Bielorrusia, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras, Jamaica, Líbano, México, Marruecos, Panamá, Perú y Filipinas.
Afirmó que para continuar con el desarrollo, obstaculizado por la pandemia, se necesita “acceso al financiamiento asequible y al alivio de la deuda con el fin de crear espacios fiscales que nos permitan responder a la crisis multidimensional que estamos viviendo”.
“Esta crisis se ha visto prolongada aún más por la distribución lenta, pero sobre todo desigual de las vacunas contra el COVID- 19, especialmente en los países de renta media y baja”, enfatizó el gobernante al dirigirse a la Asamblea General presidida por diplomático turco Volkan Bozkir.
En su intervención, que siguió a la del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien inauguró la Primera Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General sobre Países de Medios Ingresos, dijo que los países en desarrollo “siguen enfrentándose a graves desafíos en las tres dimensiones del desarrollo sostenible”.
Mencionó “las deficiencias estructurales que impiden el crecimiento y el desarrollo inclusivo de muchos países de ingresos medianos como los niveles de ahorro e inversión, el acceso a la seguridad social, y la calidad de la atención sanitaria y la educación públicas que sean asequibles, así como el acceso a la financiación para el desarrollo económico y social, y respuestas por supuesto al cambio climático”.
El presidente Giammattei se refirió también al desafío de la disponibilidad de datos y de acordar “una metodología estándar para medir la susceptibilidad de los países a las crisis”.
Reconoció los esfuerzos de la ONU “para mejorar sus acercamientos a favor de los países en desarrollo basados en criterios multidimensionales, incluyendo herramientas como el índice de desarrollo humano o el índice de vulnerabilidad multidimensional que contribuyen a realizar evaluaciones más precisas”, para “fundamentar la formulación de políticas nacionales y mundiales”.
Sin embargo, “debemos redoblar nuestro compromiso con la medición multidimensional de la pobreza para incluir vulnerabilidades sociales y variables como el género”, y “las Naciones Unidas deben tomar el liderazgo en este importante cambio estadístico”, puntualizó.
Señaló que muchos países en desarrollo, a pesar de una mejora en el ingreso per cápita, enfrentan desafíos y vulnerabilidades persistentes como niveles altos de deuda, desigualdades, impacto climático y la pérdida de biodiversidad, así como otras barreras estructurales e institucionales.
La solidaridad mundial es importante en la situación actual de los países de ingresos medios, aseveró el presidente Giammattei, quien instó a “todas las partes interesadas relevantes” a asumir “acciones audaces” para “crear un sistema de apoyo internacional mucho más eficaz pero sobre todo sostenible para los países en desarrollo”.